lunes, 21 de octubre de 2013

La Herencia

Hoy le di a Mora mi herencia, le cedí mi bicicleta,, que es parte de la historia de mi vida, con quien transité kilómetros y kilómetros mientras viví en Pto. Madryn, para ir a ver las ballenas al Doradillo, para ir cada día a trabajar o a ver a mis amigos, en donde me subí pedaleando como loca mientras lloraba cuando mi amigo Ale tuvo el accidente que se lo llevó, recorriendo lugares mientras buscaba trabajo, yendo al hospital hecha bolsa porel stress, pedaleando mientras respiraba hondo la brisa del mar para llenar mi alma, sobre quien recorrí los más hermosos lugares que había visto jamás, los lugares que yo elegí, en donde me subía para huir de quienes me hacían daño (aunque para alejarme del todo tuve que irme en auto...), lo primero que cargué cuando nos vinimos a Bolsón... y a quien abandoné por causas de fuerza mayor, para evitar accidentes (andar en bici es lo que más extraño y que por la Retinosis tuve que dejar de hacer) ... pero que siempre esperó ahí, guardada, llena de tierra, desinflada.... y ayer cuando la sacamos y la volví a ver, la toqué, le rconocí hasta los magullones, sentí emoción. No puedo evitar encariñarme con algunos objetos, pero mi bici es parte de mi historia, esa parte que guardé por bastante tiempo porque me hacía mal... pero que ahora puedo revivir sin que me dañe, Néstor la arregló, la está pintando (sólo le pedí que no le cambie el color) y, aunque todavía le anda algo grande, la va a usar Mora, quién mejor que ella, la más alegre y buena, para darle vida otra vez a mi vieja y querida bici, que era parte de mi misma. Néstor le dijo: esa bici es más que "una bici"... es parte de la historia de mamá, así que cuidala.... y ella me miró con esos ojos gigantes y chispeantes, y, con su dulce sonrisa, me dijo que no me preocupe... Parece una tontería, sólo una bicicleta, pero se la entregué con parte de mi corazón en ella...

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