martes, 29 de octubre de 2013

El bosque de las sombras

El domingo nos fuimos a pasar el día entero en el Lago Puelo. Nos tocó un radiante día de la primavera patagónica. El sol brillaba muy fuerte y el lago estaba tan tranquilo que se reflejaban en él las montañas que lo enmarcan haciéndolas parecer mucho más grandes. Siempre allí el verde y el azúl del paisaje. Fuimos los cuatro y una amiga de la familia. Comimos asado y disfrutamos muchísimo de la paz y las charlas mientras las niñas no dejaban de andar en bici, treparse a los árboles, jugar en el lago y explorar. Como nos habían prestado una tándem (bici para dos conductores) , tuve el placer de andar yo también en bici, cosa que amaba hacer, pero que la Retinosis me quitó… Es una sensación increíble poder volver a hacer algo que ya uno había descartado, pero que aún se extraña, porque las cosas que amamos hacer las tenemos que recuperar, no nos las puede quitar ninguna afección visual… Cuando ya decidimos dejar las bicis, nos fuimos a caminar y a recorrer los senderos que ofrece el parque nacional Lago Puelo. Y entramos al Bosque de las Sombras… Es un sendero de unos 600 mts. inmerso entre un frondoso y tupido bosque de Pitras y Pitrantos, árboles que crecen en suelo inundado, así que los caminitos están cubiertos por madera. En el lugar hay un profundo silencio, olor a vegetación húmeda y … mucha sombra… imagínense, una retinosa allí… obviamente iba de la mano de mi marido, si no podía terminar en medio de los renacuajos…. Por zonas estaba tan oscuro que sólo me dejaba guiar y escuchaba los pajaritos y la voz de mis niñas que imaginaban historias de hadas, mientras, pensaba si yo sería capáz de hacer ese recorrido sola, y creo que tendría un buen desafío y también iedo, pero que con mi”verdecito” y mucha precaución lo lograría… aunque ir acompañada sería mucho mejor. Al salir de allí noté que todavía había bastante sol, que el nombre del bosque estaba muy bien puesto…. Tomamos otro sendero, pero éste muy luminoso, donde habían cientos de manzanos en flor, y el aroma inundaba todo, era un perfume intenso y dulce, y pude distinguir las florcitas de los árboles porque estaban en un claro al comienzo de otro bosque, donde al entrar, se siente el profundo olor de los pinos y en los pies, el suelo acolchonado de la turba que forman las infinitas hojitas de pino mezcladas con la tierra. Ya estaba cayendo la tarde, y las personas que estaban en los fogones comenzaban a hacer un fueguito para cocinar o sólo por gusto… y ese aroma a humo de pino es absolutamente encantador (me recuerda a los campamentos que hacemos para fin de año en algún lago cercano a Bariloche). Al caer el sol, con el aire fresco y el lago de un azúl muy oscuro pero siempre espejado, todo se llenó de aromas, los humitos, el rocío que humedece la tierra y llena el aire de olor a pino, el olor del lago…. Y de sonidos, porque los pájaros vuelven a sus nidos y pareciera que se cuentan todo lo que hicieron en el día…. El ambiente Se llenó de cantos diferentes y conversaciones entre ellos… Daban ganas de quedarse, pero el día fue largo y todos estábamos cansados, sobre todo las niñas, que si bien no dejaban de juntar ramitas y de lanzar piedritas al lago, ya se notaban agotadas. Al caer el sol, a mi se me termina todo resto visual, pero los otros sentidos se encienden mucho más… De todos modos emprendimos el regreso a casa, pero realmente fue un día lleno de hermosas sensaciones. La baja visión nos pone en situaciones que de otra manera no viviríamos, pero podemos elegir quedarnos en el bosque de las sombras o salir a buscar los senderos luminosos para ir encontrando la manera de hacer cada cosa otra vez… vivir, disfrutar, hasta andar en bicicleta!… Cuando perdemos la vista nos sentimos hundidos en las sombras y hasta pensamos que no podremos salir de allí, pero con ayuda, de la mano de quienes nos aman, de quienes han pasado por lo mismo y con nuestra voluntad y fortaleza podemos transitar ese camino hasta encontrar la manera de hacer otra vez cada cosa que nos hacía feliz. Y si un día volvemos a entrar al Bosque de las Sombras, nos sentiremos capaces de volver a salir,y si sentimos temor, sólo tenemos que dejarnos guiar porque siempre es mejor acompañados… porque se recorre más seguros y rápido, y siempre está allí la salida, y otros senderos con luz , aromas bellos, suelos blanditos, cantos de pájaros y el amor de la familia y los amigos, con quienes podemos transitar cualquier camino. Ofrezco mi corazón y mi mano a quien lo necesite para acompañarlo en el camino del Bosque de las Sombras de la baja visión.

2 comentarios:

  1. HOLA ANALIA, ME EMOCIONO MUCHO TU RELATO, DAN GANAS DE ESTAR ALLI! TE MANDO UN ABRAZO CALIDO, DESDE BUENOS AIRES, GUADALUPE.

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